Se dieron cuenta de que les estaban vigilando.
Tomaron carrerilla y se lanzaron en picado.
El viento les alzó en el último momento
y les regaló un viaje inolvidable.
El viaje de sus vidas,
la propia vida.
Desde entonces, los días de viento, salen a volar.
No les importa lo que diga la gente,
ellos se lo pierden.
Quizás, si miraran más al cielo, podrían alzar también ellos el vuelo.
Pero no, es más fácil mirar al suelo,
no vaya a ser que pisen algo que les manche sus zapatos…
Mientras tanto, seguirán surcando el cielo
aquellos que, un día, fueron merecedores de ese don.
Porque, ¿qué es más seguro en un día de viento:
caminar por la calle o volar bien alto?
2 comentarios:
Si no miras el suelo, corres el riesgo de tropezar,chocar o pisar mierda.
Pero si no miras el cielo, corres el riesgo de perderte las estrellas, de renunciar al sueño de volar. Pierdes todo aquello que de verdad vale la pena.
Pero... y si ahora miras al suelo, por temor a ver el cielo? ¿Qué tal si ya estuviste en las nubes, y te diste cuenta de que todo era mentira, que no podías despegarte nunca de esa estúpida gravedad?
Bueno, mínimo nos queda el recurso de soñar.
HERMOSO, como de costumbre.
Me ha dejado pensando dos cosas: la primera es qué será de aquella historia que estabas escribiendo, la segunda es que deberías leer La saga de los Confines (3 libros de una historia épica, colmados de una poesía increíble).
Te dejo un beso enorme, y sabes que estás invitada (y lo habitas) a ese mundo del que hablo cada tanto.
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