viernes, 4 de diciembre de 2009

091204.016 - Volar (5/5)





--> Viene de aquí: Volar (1/5), Volar (2/5), Volar (3/5) y Volar (4/5) <--




Un día se atrevieron a volver a la ciudad. El desconcierto fue tal que nunca nada volvió a ser lo mismo. Valores ajenos se entremezclaron con los suyos y cada uno los asimiló a su manera sin poder llegar a conclusiones compartidas a partir de entonces. La casa se llenó de superficialidad, de parafernalia traída de fuera que hizo olvidar lo aprendido hasta entonces. Algo interno les había cambiado y las clases de vuelo tuvieron que quedarse a un lado. Habían vuelto a esa realidad de la que tiempo atrás consiguieron huir. Y ese huir, que era lo que les unía, se perdió en la ciudad.

Si aquel refugio ya no le servía para no tomar decisiones y si ya allí no podía dejar que las cosas sencillamente ocurrieran, entonces debería partir de nuevo. Tomada esa decisión, no quiso tomar más. Vuelta a empezar. Apareció de nuevo nadie con las manos llenas de pétalos de margaritas y un hueso de aceituna en la boca.

- ¿Te vienes?
- Sí. Me temo que mis días aquí llegaron a su final.
- ¿Cómo te dejaste convencer para volver a la ciudad?
- A veces hay que ceder, aunque se sepa que las consecuencias pueden ser nefastas. Si no se cede, igualmente todo termina yéndose al carajo.
- ¿Has visto? El otoño ya ha llegado. ¡Corre a saltar entre las hojas secas!

Y comenzó un nuevo deambular. Sin reloj. Con nuevos principios de los que deshacerse. Con un poco más de conocimiento sobre el vuelo. Al fin y al cabo, eso es lo que quería: volar. Pero en el fondo ella sabía que el aire no era su lugar, como tampoco lo era el agua. Sabía también que, por mucho que lo intentara, no alcanzaría el estado de abstracción necesario. Porque sola no podía. Porque probablemente no existía un acompañante que creyera en ello de verdad. Porque ni siquiera ella creía ser capaz de lograrlo. Porque nadie siempre le acompañaría allá donde fuera y no podía ignorarlo continuamente. Aún así, su sueño era más fuerte que cualquier otro pensamiento. Dejó a nadie y marchó. Lejos. Una vez más.


[FIN]


1 comentario:

MucipA dijo...

Hola, Macufeliz!
El final del relato me ha impactado bastante. Por una parte, me ha resultado triste y, por otra parte, me está haciendo reflexionar mucho. Además me ha recordado a ese fragmento de la película “El lado oscuro del corazón” que incluí en mi blog y al que tú me dijiste que harías referencia en el relato. No cabe duda que hay una cierta conexión en cuanto a que los dos personajes (tanto el de la película como el de tu relato) son fieles a sus principios y no perdonan el hecho de estar junto a una persona que no sepa volar hasta el punto de preferir el abandono de la persona antes que negarse a continuar buscando ese sueño tal vez inalcanzable...
Saludos!