lunes, 30 de noviembre de 2009

091130.014 - Volar (3/5)






--> Viene de aquí: Volar (1/5) y Volar (2/5) <--




Dos cuerpos desnudos sobre una cama pueden pasar horas sin percatarse del transcurso de ninguna de ellas. Las diferentes posturas adoptadas y las inconexas conversaciones resultan inagotables. Verano e invierno colorean a su antojo el devenir de estos acontecimientos. Miradas perdidas en el techo o fijas en las pupilas compañeras. Caricias inconscientes de reconocimiento del terreno. Un chiste ocurrente. Una reflexión quizá demasiado profunda. Todo vale. Nadie puso normas. ¿Qué sentido tendrían? Construir un mundo para ser habitado significa despojarse de todo prejuicio, incluso de todo principio. Empezar de cero. Abrirse a una nueva forma de pensar. De vivir.

- Un día estábamos en la piscina de mi abuelo. En el pueblo. Jugaba con mi prima a imitarnos debajo del agua. Todo estaba rodeado de plantas. Mi hermano intentaba superar su propio récord de largos buceando. Mi otra prima no veía el momento de lanzarse al agua. Los mayores esperaban su turno. Cuando uno está en el agua todo se mueve diferente. Todo tiene un nuevo devenir, otra perspectiva. La percepción del peso y de la velocidad varía. Es otra realidad. La realidad del agua. Como la del aire, que también tiene la suya. De eso me di cuenta aquel día. De que por eso no podemos volar ni permanecer siempre bajo el agua, porque son otras realidades construidas no para nosotros sino para los adaptados. Ese día fue realmente especial, pues pude empezar de verdad a aprender a volar. Así hasta hoy, que sigo en ello, compartiendo contigo lecciones de vuelo.
- ¿Cuál nos toca hoy?
- No pensar en el aterrizaje.
- Pero el aterrizaje es fundamental, ¿no?
- No necesariamente. Lo importante, en realidad, es el viaje en sí, lo que sacas de él. ¿De qué te sirve aterrizar bien si no has disfrutado el recorrido, la experiencia previa?
- Pero si aterrizo mal, ¿de qué me sirve haber disfrutado el viaje?
- Lo vivido ya no te lo quita nadie, queda en ti para siempre.
- Nada es eterno.
- Precisamente por eso el aterrizaje es lo de menos.


[Continuará]


3 comentarios:

MucipA dijo...

Hola de nuevo!
Me parece muy interesante eso de que el agua y el aire tienen su propia realidad, para mí sería como decir que tienen su propia esfera...
Respecto a las clases de vuelo se las recomiendo a todo ser que no sepa disfrutar del viaje (sólo del aterrizaje).
Me estoy enganchando claramente a tu relato. ¡ENHORABUENA! Y sigue escribiendo cosas tan interesantes para que las podamos disfrutar.
Por cierto, espero que estés disfrutando por Berlín y disfrutaras también en el concierto de Muse en Madrid (tendrías que haber visto mis pelos de punta en el minuto 1:10 al escuchar esta canción en tu blog ) y ya contarás qué tal el Purple Weekend en León.
Un saludo!

Crowley dijo...

Ahora que Sergio no está donde yo la verdad es que estoy un poco más desconectado, pero menos mal que tengo tu blog. El relato es magnífico, tengo ganas de terminarlo (aunque ya lo conocía por Sergio). No dejo de darle vueltas a la frase de que el aterrizaje es lo menos importante. Qué gran frase y cuánto encierra dentro.
Saludos

RAUL dijo...

que buena canciòn.....